Un clásico de Castropol situado en un entorno maravilloso al lado de la ría del Eo, que es sin duda una de las referencias gastronómicas de la zona hace ya muchos años.
Tiene además unas instalaciones espectaculares, con un amplio comedor con vistas a la ría que hace aún más agradable disfrutar de una cocina que siempre trabaja producto fresco de alta calidad, con muy buena elaboración y servicio a la misma altura.
Tres comensales, último jueves del mes de julio a comer, con el restaurante lleno y muy bien atendidos desde el primer momento, nos situamos en una mesa amplia y muy cómoda, dispuestos a disfrutar del mejor pescado del cantábrico como así fue.
Comenzamos con unas croquetas de marisco. Bechamel cremoso, rebozado fino y sabor a marisco sin pasarse. Muy buenas.
Como segundo entrante rollo de bonito. De lo mejor que hemos comido en mucho tiempo. Sabroso y bien equilibrado, textura perfecta y salsa deliciosa. Encargamos tres raciones para llevar porque nos encantó.
Tres pescados a la plancha como plato principal. Xargo, Cabracho y Salmonetes. Los tres “vivos” planchados a la perfección y exquisitos.
Un postre delicioso para terminar una sensacional comida en uno de los mejores restaurantes de la zona.
De bodega un albariño a la altura de la comida, Fillaboa, perfecto para acompañar todo tipo de pescados.
Buena relación calidad-cantidad-precio, personal muy profesional y amable en un restaurante que nunca falla.
