El cocinero bilbaíno Fernando Rodríguez Otxandiano se ha instalado en Villaviciosa tras cerrar las puertas del Mar Amé. La filosofía es la misma de aquel restaurante que brindaba unas magnificas vistas sobre la playa de Rodiles.
El nombre Arima significa Alma en Euskera, un claro guiño a sus raíces vascas.
La carta se fundamenta en una excelente materia prima, con algún detalle innovador sin estridencias.
El salpicón de bugre del Mar Amé era el mejor que disfrutamos nunca. Una vinagreta como base y enormes trozos de auténtico bogavante del Cantábrico coronando esta maravilla. Esperamos que pronto se incluya en las propuestas de Arima, como los exquisitos chopitos con ajos tiernos.
En las entradas destacan los calamares fritos y la presa ibérica curada, con un sabor parecido al lomo.
El arroz con pulpo del pedreru local está espectacular. El sabor potente que da el cefalópodo de la costa local y el grano en su punto convierten este plato en la estrella de la cocina. “Otxa” también borda los pescados salvajes del Cantábrico.
Postres son muy interesantes: tartas y helados caseros, además de una notable selección de quesos.
La carta de vinos es amplia, con referencias originales alejadas de las marcas comerciales.
El restaurante está dividido en dos zonas. El comedor y un patio interior con una zona convertida en galería para aprovecharlo todo el año.
El local se encuentra en una zona tranquila, cerca del mercado de abastos de Villaviciosa, pero en una calle de poco paso. El boca a boca seguro que le convertirán pronto en un referente.
El trato es amable y profesional.
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