Raquel Álvarez es la propietaria de Confitería La Fe, en la gijonesa calle Periodista Adeflor, un negocio fundado en 1938 que mantiene la tradición familiar y un reconocido prestigio en la repostería asturiana.
En Semana Santa el movimiento en el local es constante para recoger los bollos de Pascua. Otras épocas fuertes son el Roscón de Reyes o el Carnaval por sus picatostes y casadielles.
El resto del año las creaciones que salen del obrador cuentan con el sobresaliente de clientes fijos y turistas: pasteles, pastas, tartas, bombones o empanadas son sus estrellas. El hojaldre es insuperable y lo bordan, por ejemplo, en las milhojas.
Raquel Álvarez también es jugadora profesional de balonmano, pasión como la confitería, que le viene heredada de su padre Miguel, tristemente desaparecido demasiado pronto.
Raquel juega de portera en el Balonmano La Calzada, en la Liga Guerreras, máxima categoría femenina, aunque anteriormente estuvo en Sagunto, Burdeos, Nantes y Michalovce (Eslovaquia).
Precisamente uno de sus gastroviajes favoritos es Burdeos donde recomienda alguno de los restaurantes L´Entrecôte. De la gastronomía francesa también le encanta el pato.
Además propone visitar Saint-Émilion, un precioso pueblo rodeado de viñedos a 40 minutos por carretera.
En Gijón apunta la carta variada de Sidrería La Allandesa, las carnes de Parrilla La Costa y los pescados de Casa Ataulfo.