Miguel Ángel Carreño Schmelter alcanzó una enorme popularidad como cantante con el diminutivo “Micky”. Superados los 80 años sigue subiendo a los escenarios con la misma energía que cuando le apodaron “El hombre de goma”.
Gijón fue una de sus plazas fetiche en los comienzos de su carrera como artista pop y rock and roll.
Fueron los tiempos de “Micky y Tonys”, en la década de los 60, cuando las salas de fiesta locales acogían a numerosos artistas que despuntaban como el propio cantante madrileño, el Dúo Dinámico, Raphael, Miguel Ríos, Massiel o Víctor Manuel.
Micky residió en Avilés, dónde nació su padre, y luce con orgullo dos apellidos con denominación de origen en Asturias: el primero es Carreño y el tercero González-Pumariega.
Domina varios idiomas ya que conoció Alemania, Bélgica y Jordania gracias a que su padre fue embajador.
Micky logró su primer gran éxito en España con el tema “El chico de la armónica”, mientras que el single “Bye, bye, Fräulein” fue número uno en Bélgica, Alemania y Holanda después de que los turistas lo escucharan en las playas españolas.
Su fama se multiplicó tras participar en Eurovisión en 1977. Aunque la canción “Enséñame a cantar” solo logró el noveno puesto, Micky relanzó su carrera musical.
Micky reside desde hace tiempo en Orihuela Costa dónde ha encontrado sol, playas y tranquilidad.
En la localidad alicantina recomienda probar los arroces en distintas variedades. Algunos de sus restaurantes favoritos en la zona son El Pony, Las Villas y La Barraca.
También subraya Casa Araez, local ubicado en Pilar de la Horadada, a solo siete kilómetros, en el límite con la Región de Murcia.