La fabada de Casa Michem ha rozado en varias ocasiones el título mundial. Que le falte la medalla de oro no desmerece en nada la calidad de la materia prima y la elaboración lentamente en la chapa de la cocina, como se hacía antiguamente. Al contrario.
Casa Michem ofrece una de las mejores fabadas que hemos probado nunca. Por la textura de la faba fresca y la selección de un compangu excelente al completo: chorizo, morcilla, lacón y tocino ibérico.
La carta ofrece carnes, pescados, arroces y mariscos de primer nivel, además de sugerencias del día, siempre con algún plato de cuchara.
La bodega está bien seleccionada con vinos muy interesantes a precios razonables.
El trato es cercano y amable.
El local dispone de un bar-comedor y al lado un reservado. La planta baja presenta una estancia luminosa y amplia. También cuenta con una agradable terraza al aire libre para contemplar el valle y los trenes pasar cada poco.
Merece la pena desplazarse a este restaurante, un tanto alejado de las ciudades más pobladas de Asturias, para disfrutar su gastronomía. Una buena opción para ir es el tren, evitando el coche, las curvas y el tráfico, porque se encuentra ubicado junto al apeadero de Villabona.
