Sencillo restaurante que dispone de un comedor climatizado y una terraza debidamente protegida del viento que sopla permanentemente en este tranquilo pueblo marinero al sureste de Gran Canaria.
La carta se basa lógicamente en las capturas que cada día llegan a la lonja como patas de pulpo fritas, chopitos o el auténtico pescado canario frito. Imperdibles el gofio escaldado y las papas arrugadas con mojo picón, ambos platos preparados al genuino estilo grancanario. Precios reducidos.
Merece la pena recorrer en coche los quince minutos que separan Castillo del Romeral de la turística Maspalomas para disfrutar de la gastronomía típica de los pueblos canarios. También se puede aprovechar el viaje para darse un baño en una de las piscinas naturales.
A pocos metros se encuentra el Restaurante Liagora, también recomendado en esta guía.
